REFLEXIÓN SOBRE LA JORNADA IMPARTIDA POR JOAQUÍN LÓPEZ DAVÓ EN EL COLEGIO OFICIAL DE APAREJADORES DE LA REGIÓN DE MURCIA
En este post de reflexión analizamos lo expuesto por Joaquín López Davó en el Curso Superior de Rehabilitación Energética en Edificios Existentes que se imparte en el COAATIEMU. Joaquín es profesor en la Universidad de Alicante. Ha resultado muy interesante su presentación y su gran conocimiento en el ámbito de las instalaciones de calefacción y refrigeración. Pero había algo sobre lo que hacía más hincapié reiteradas veces. Se trata de un concepto que hemos olvidado completamente, en detrimento de conseguir la mayor calificación energética posible. El afán por conseguir la mayor clasificación, por conseguir una letra, nos ha llevado a descuidar algo que es esencial para el usuario: el confort. Ya que de nada sirve una buena calificación si el cliente está insatisfecho.
Lo más fácil es explicarlo con un ejemplo:
Disponemos de un determinado sistema de refrigeración. Los programas informáticos destinados a la calificación energética, como CE3X, nos permiten elegir un tipo de aparato o sistema. En cambio, no nos permiten definir su situación en la estancia, la distribución de las rejillas de impulsión o la situación del termostato. Todos estos parámetros influyen en el confort del usuario, ya que una mala distribución de las rejillas o difusores da lugar a un reparto no proporcional del aire, dando lugar a zonas con diferentes temperaturas. La ubicación del termostato, por increíble que parezca, también influye en el confort. Si este termostato está escondido o muy alejado, dará lugar a una prorrogación elevada del funcionamiento de la máquina. Esto causa disconformidad en los usuarios sin que ellos sepan cuál es la causa. Tampoco se contempla en los programas informáticos la geometría del chorro de aire ocasionado por los aparatos de aire acondicionado. El alcance de este chorro puede incidir negativamente en el confort. Los difusores quizás proporcionen más confort que las rejillas de impulsión al repartir mejor el aire en la estancia.
Otro ejemplo bastante claro es la situación de los radiadores en una estancia. Su disposición bajo huecos de ventanas proporciona un reparto más equitativo del calor en la habitación, resultando de esta manera más confortable. Esto es debido a que la zona de la estancia más cercana a la ventana es más fría porque esta en contacto con el exterior. Al disponer el radiador ahí, se equilibra la temperatura. Si por el contrario situamos el radiador en la pared más alejada de la ventana, daremos lugar a una zona muy caliente en contraste con la más cercana a la ventana.
Situación del radiador en la estancia (representación de Joaquín López Davó) |
Terminamos con un último ejemplo referente a la longitud de las redes de retorno de las tuberías en la instalación de radiadores. Los programas informáticos no contemplan el tipo de trazado de las instalaciones de retorno a la hora de hacer la calificación energética. Un trazado por Retorno Invertido resulta más confortable que un trazado con Retorno Directo. En el indirecto el recorrido del agua es el mismo en la ida y el retorno, haciendo que las pérdidas de carga se igualen y permitiendo que las aportaciones caloríficas de cada radiador sean las mismas. Esto se traduce en que todos los radiadores aportan el mismo calor a todas las estancias. Cosa que no sucede en el trazado Directo, donde el radiador más cercano a la caldera emite más calor y el más lejano menos, ya que el agua de las tuberías tiene que hacer un mayor recorrido.
Trazado por Retorno Directo (vía Joaquín López Davó) |
Trazado por Retorno Indirecto (vía Joaquín López Davó) |
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